Hoy me he levantado un tanto cansado porque ha tocado madrugar un poco, pero al menos ha sido por una buena causa. A continuación, en "La imagen de los jueves", os explico un poco más.
Resulta que en la residencia de estudiantes donde vivo hay unas normas un tanto exigentes e incluso algo subjetivas, de tal forma que por una mínima acción puedas verte sin lugar donde dormir de la noche a la mañana (literalmente). Esto le ocurrió a un chaval que precisamente esa noche tan sólo estaba tomando algo en el pasillo junto con más gente (mucha menos de lo que es habitual en otras ocasiones). Afortunadamente la noticia de su despido pronto fue conocida por todos los que en este gran conjunto de edificios vivimos y planeamos hablarlo y plantar cara a quien fuera para que no le echaran. Afortunadamente nos hicimos entender bien y recapacitaron, con lo cual el chico puede respirar relativamente tranquilo. A cambio, evidentemente, nos autocomprometimos a no hacer tanto ruido en las fiestas, a recoger tras ellas o a avisarlas. Veremos a ver cuánto nos dura esta promesa, porque la verdad es que no es fácil de cumplir en un estado no tan responsable como es el de embriaguez. No obstante, querría destacar en esta entrada la fuerza y el apoyo que le transmitimos al chico expedientado, la unión y movilización que conseguimos entre nosotros. A mí me sigue sorprendiendo que hayamos conseguido todo esto unos simples jóvenes que...
normalmente no nos movemos para nada
P.D.: El resto de cosas siguen marchando igual de bien, pero es que prefería remarcar este puntual y espero que único hecho de estos días. ¿Qué opináis de los jóvenes en este apartado? ¿Veis posible un cambio si todos se uniesen? ¿Alguna vez os habéis solidarizado con alguien participando activamente?
¡Cuidaos!
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