miércoles, 9 de diciembre de 2009

La identidad nacional prende fuego.

¡Hola corazones!

Leyendo un periódico que no suelo leer encontré un reportaje acerca del patriotismo y la identidad nacional que me causó de primeras gran espectación. Consiguió engancharme de cabo a rabo y alegrarme de haberlo visto, porque me encantó.

Se trata de un reportaje de la sección de "Vida y Artes" del periódico "El País" en el que se exponía la situación actual de la identidad nacional sobre todo en la vieja pero cada vez más pretendidamente unida Europa. Recomiendo encarecidamente su lectura. Todo esto ha surgido porque el Presidente francés Nicolás Sarkozy ha promovido una iniciativa para averiguar en qué consiste ser francés.
La emigración siempre ha sido tratadacomo algo desequilibrado, que no ayudaba al país que recibía extranjeros. Quizás por esa vieja manía, tradición o idea de que uno ante todo tiene que ser de una determinada forma por estar viviendo en un determinado lugar. El caso es que el hecho de querer definir qué es "ser" implica hacerles ver a los que no son precisamente eso, que "no son como deben ser".
Personalmente, creo que ante todo uno es como sus semejantes, porque el ser humano sigue siendo un animal que aprende por imitación. Afortunadamente, no todo se aprende así, que por algo somos "algo más que animales", para algo somos (o nos creemos) inteligentes. El caso es que yo creo que por encima de los modelos a seguir, de los estereotipos y de las formas externas están las personas, la esencia de una personalidad única que, junto con las de otras, conforman una comunidad heterogénea, mixta y plural, que creo que es lo verdaderamente importante y enriquecedor.
No entiendo esa manía de acotar o limitar a la gente a ser sólo una cosa entre un millón de otras que pueden (y quieren) ser. Y sobre todo, no tolero que no toleren mi tolerancia, no quiero que no respeten mi respeto al que es diferente. Básicamente porque diferentes somos todos, cada uno con sus peculiaridades. Alomejor por eso el modelo básico debe contener características tan minimalistas que permitan entrar a la mayor parte de la gente. O alomejor eso destruye esa imagen global, única de una comunidad que no es evidentemente igual.
Sigo defendiendo la riqueza de la diversidad. Creo firmemente en ella y no entiendo que haya gente que trate de imponer una determinada imagen a un colectivo, más grande o más pequeño. Muchas veces se extrapolan y se llevan a límites insospechados esas características, no admitiendo discrepancias existentes en ese grupo. No sé porqué se quiere cerrar un grupo a "sólo eso por lo que se le define". Todos pertenecemos a muchos grupos, porque todos tenemos muchas características que, miradas con mayor o menor determinación, pueden hacernos decantar hacia uno u otro.
Quizás me he ido un poco del tema político hacia uno más psicológico encaminándome hacia su vertiente sociológica, pero es que era realmente de lo que quería opinar. Esa es la opinión, más generalista, que he obtenido yo al leer ese reportaje.



P.D.: Felicito desde aquí a su autora, Andrea Rizzi, por su excelente labor. ¿Os ha gustado a vosotros? ¿Qué pansáis al respecto de lo que ahí se dice? ¿Creéis que se pueden agrupar ambas posiciones?

Hasta pronto corazones.

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