miércoles, 25 de julio de 2007

Sin sus hijas por ser lesbiana.

¡Hola corazones!

Hace ya unos días que esta noticia salió al contexto nacional con gran polémica por lo desmesurado del asunto. Se trata de otra extravagancia más en cuanto a decisiones judiciales se trata, como pasó con la revista "El jueves", de la que (por cierto) mañana hablaremos.

Resulta que el juez Fernando Ferrín Calamitá otorgó provisionalmente la custodia de dos hijas al padre porque la madre tiene una pareja del mismo sexo que ella.
Entiende que la relación lésbica que mantiene la madre con otra mujer "influye negativamente en la educación y crecimiento armónico" de las menores.
El juez murciano cree que
"es el ambiente homosexual el que perjudica a los menores, y que aumenta sensiblemente el riesgo de que éstos también lo sean. Esa formación integral es imposible que se la de un progenitor homosexual, por mucho respeto que me merezcan las personas homosexuales, pero aquí prevalece el interés superior del menor".
Al juez se le abrirá un expediente por decir barbaridades como que "la madre tendrá que elegir entre sus hijas y su pareja", aunque el Tribunal Superior de Justicia de Murcia ya le había llamado la atención porque retrasaba desde hace más de un año el proceso de adopción de una niña a una mujer lesbiana cuya pareja es la madre biológica de la menor.

Denunciado por numerosas asociaciones (tanto de mujeres como de apoyo a los homosexuales), quienes creen que ha impuesto su ideología por encima de la aplicación de las leyes, el juez afirma que "la condición homosexual perjudica a los hijos porque tienen derecho a un padre y a una madre, no a dos madres o a dos padres". Según estas asociaciones, se ha equiparado el ser drogadicta, maltratadora o el estar incapacitada por cualquier enfermedad con el hecho de ser lesbiana para no otorgarle a la madre la custodia de las niñas.


P.D.: Está claro que un juez tiene el asombroso poder de interpretar las leyes y que precisamente eso ha hecho, pero creo que un valor que todo juez debería tener para hacer bien su trabajo es el de la objetividad ante los casos que se le presentan. Yo creo que este juez no lo ha tenido, y en la última frase suya (así como en el uso de la palabra "riesgo" anteriormente en otra de sus frases) se muestra claramente su imparcialidad. ¿Qué opináis vosotros de su decisión? ¿Es la acertada? ¿Realmente ha velado por lo mejor para las niñas o se ha cegado por su prejuicio a los homosexuales? ¿Veis lógica la reacción de las diversas asociaciones?

Hasta pronto corazones.

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